Francisco, un Papa comprometido con la educación
Defensor de lo público y de las oportunidades, el pontífice que falleció este lunes destacaba que la educación ayuda a romper el círculo vicioso del escepticismo y la incredulidad. Un acto de esperanza que ayuda a desarrollar el potencial y a abrirse a la trascendencia.
Foto: Vatican News
Francisco (1936-2025), el Papa argentino que falleció este lunes 21 de abril en su casa de Santa Marta, pasó a la Historia por ser el primer pontífice latinoamericano y el primero en introducir innovaciones y reformas a la Iglesia, en manifestarse abiertamente contra la concentración del capital, hablar de "justicia social" y declararse a favor de los pobres que produce a diario un sistema "egoísta" y "excluyente".
Pero también estaba comprometido con la educación. La educación en general y por supuesto, aquella educación pública que lo formó a él mismo, como solía recordar sus años escolares por distintas instituciones del barrio porteño de Flores.
Francisco destacaba que la educación es un acto de amor que genera vida y ayuda a romper el círculo vicioso del escepticismo y la incredulidad. También enfatizaba que la educación es un acto de esperanza que ayuda a las personas a descubrir su potencial y a abrirse a la trascendencia.
En su encíclica "Laudato si" ya planteaba los desafíos de la educación y las amenazas que enfrenta. Entre ellos, la inequidad, los avances insuficientes presentados por los gobiernos; el individualismo, la indiferencia y lo que llamaba la "dictadura de los resultados" y la ruptura del pacto educativo reflejado en la falta de responsabilidad compartida entre familia, sociedad y gobierno.
"Lo que se necesita es que haya diversos cauces de expresión y de participación social. La educación está al servicio de ese camino para que cada ser humano pueda ser artífice de su destino. Aquí muestra su valor el principio de subsidiariedad, inseparable del principio de solidaridad", decía en ese texto.
En términos de equidad, exponía con claridad cuándo era necesario "un Estado activo" que equiparase las reglas para todos. "Evidentemente no cabe la misma regla para una persona con discapacidad, para alguien que nació en un hogar extremadamente pobre, para alguien que creció con una educación de baja calidad y con escasas posibilidades de curar adecuadamente sus enfermedades", señalaba.
? Desde la Capilla de Casa Santa Marta, el Cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, anunció la muerte del #PapaFrancisco este lunes 21 de abril de 2025 a las 7:35 de la mañana. pic.twitter.com/I2pb9lyoIq
— Vatican News (@vaticannews_es) April 21, 2025
Para el Papa, la educación trascendía lo meramente formativo. El proceso debía involucrar cuestiones humanas en toda su dimensión. "Los educadores y los formadores que, en la escuela o en los diferentes centros de asociación infantil y juvenil, tienen la ardua tarea de educar a los niños y jóvenes, están llamados a tomar conciencia de que su responsabilidad tiene que ver con las dimensiones morales, espirituales y sociales de la persona", apuntaba.
Planteaba que la Educación se relacionaba con el cuidado de la casa común: “Hace falta volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos responsabilidad por los demás y por el mundo, que vale la pena ser buenos y honestos. [...] Esa destrucción de todo fundamento de la vida social termina enfrentándonos unos con otros para preservar los propios intereses”.
También dedicaba un párrafo a la educación ambiental: "Hoy tiende a incluir una crítica de los ‘mitos’ de la modernidad basados en la razón instrumental.” Sugería que la educación ecológica debe promover una alianza entre la humanidad y el ambiente, y fomentar un estilo de vida basado en la contemplación y el cuidado de la naturaleza. También destacaba la necesidad de una ciudadanía ecológica que resista al pragmatismo utilitarista y promueva la austeridad responsable y el cuidado del medio ambiente.
A su vez, en "Christus Vivit", sugería que la educación debería integrar el lenguaje de la cabeza con el lenguaje del corazón y el lenguaje de las manos. También destacaba la importancia de la formación pluridimensional en la educación, incluyendo la interioridad, la trascendencia y la ecología integral.
En "Amoris Laetitia", Francisco enfatizaba la importancia de la transmisión de la fe en la familia y la necesidad de una educación sexual positiva y prudente.
En Fratelli tutti reiteraba el concepto de una educación no solo para la formación académica o el conocimiento, sino que también agregaba para la fraternidad y la solidaridad con el fin de erradicar el "virus del individualismo radical". “La solidaridad, como virtud moral y actitud social, exige el compromiso de todos aquellos que tienen responsabilidades educativas y formativas", decía. "La educación no solo comprende contenidos académicos, sino también sociales, éticos, espirituales y corporales”.
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