La Cámara de Diputados rechazó el veto de Milei a la Ley de Financiamiento Universitario
La norma aprobada en agosto busca atar los presupuestos de las universidades nacionales a la inflación acumulada desde mayo de 2024.
En un ambiente cargado de tensión y con el eco de las manifestaciones universitarias retumbando afuera del Palacio del Congreso, la Cámara de Diputados le dio este miércoles un golpe duro al gobierno de Javier Milei.
Con una votación que superó holgadamente los dos tercios necesarios, los legisladores rechazaron el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, asegurando así un respiro vital para el sistema de educación superior pública del país. El resultado: 174 votos a favor del rechazo, 67 en contra. Hubo dos abstenciones por parte de María Eugenia Vidal y Ricardo López Murphy, en una sesión en la que también se rechazó el veto a la ley de Emergencia Pediátrica.
El debate, que se extendió por varias horas, puso al descubierto las grietas en la coalición oficialista. Mientras los diputados de La Libertad Avanza intentaban defender la decisión de Milei –argumentando que el costo fiscal de la norma pondría en jaque el tan cacareado superávit–, la oposición unida demostró una cohesión absoluta a la hora de votar.
La Ley de Financiamiento Universitario, aprobada originalmente a fines de agosto por el Congreso con 158 votos en Diputados, busca atar los presupuestos de las universidades nacionales a la inflación acumulada desde mayo de 2024. Incluye, además, la reapertura de paritarias para docentes y no docentes y un ajuste retroactivo en salarios desde diciembre del año pasado.
Fuera del Congreso, la Marcha Federal Universitaria –la tercera en lo que va del año– pintó las calles de azul y blanco con banderas de facultades de todo el país. Columnas de la UBA, la UNC y la UNLP confluyeron en la Plaza de los Dos Congresos, donde altavoces y cánticos coreaban "Universidades públicas, la lucha sigue".
Marchas en todo el país
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el epicentro de la resistencia se vivió con una masiva concentración que comenzó a gestarse desde el mediodía en puntos clave como la Plaza Houssay, las escalinatas de la Facultad de Derecho y el Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales.
A las 17 horas, miles de estudiantes, docentes y no docentes de la UBA, junto a sindicatos como la FATUN y la FUBA, confluyeron en la Plaza del Congreso, marchando por avenidas como Callao, Rivadavia y de Mayo. El acto central, a las 18, resonó con discursos que celebraron el rechazo al veto, bajo un operativo de seguridad con más de 1.100 efectivos federales, mientras columnas de jubilados y movimientos sociales se sumaban al reclamo por la educación pública gratuita.
En Córdoba, la movilización arrancó desde el campus de la Universidad Nacional de Córdoba y avanzó hacia el centro de la ciudad, reuniendo a unos 50.000 manifestantes que coreaban consignas contra el ajuste educativo. La columna, integrada por estudiantes de la UNC, docentes y gremios locales, se plantó frente a la Legislatura provincial para visibilizar el impacto del veto en carreras científicas y becas, con un fuerte énfasis en la defensa de la universidad como motor de movilidad social.
El cierre incluyó una lectura de documento que vinculó el rechazo en Diputados con la necesidad de un presupuesto ajustado a la inflación, dejando un eco de esperanza en las calles serranas.
En Rosario, la marcha partió a las 16 desde la Plaza San Martín, con participación de la Universidad Nacional de Rosario y sus facultades de Derecho y Humanidades, recorriendo por Moreno, San Lorenzo y San Martín hasta Puerto Joven para el acto a las 17:30.
En Mendoza, la concentración en la Universidad Nacional de Cuyo a las 15 horas sumó a cientos de investigadores y becarios que marcharon hacia el centro, exigiendo paritarias salariales retroactivas.
Estas acciones se replicaron en Bahía Blanca, donde la UNS y la UTN movilizaron desde Alem y 11 de Abril al Playón universitario, y en La Rioja, con un cierre masivo en el rectorado de la UNLaR que selló el día con protestas vibrantes por el financiamiento sostenido.