educación debate

La alfabetización no es cuento


26 de marzo de 2025

Por Julia Caminos y Noelia Forestiere // En una escuela en constante movimiento, sabemos que hay niñas y niños que no se alfabetizan en los tiempos esperados. Se trata de una preocupación permanente, que no es novedosa ni catastrófica, pero sí acuciante.

Azotan vientos de cambio para todas y todos los habitantes de este suelo. Y la escuela, como territorio histórico de disputa, no es ajena a estas cuestiones. Como es bien sabido, en los últimos años se ha incorporado en la agenda pública el debate sobre la alfabetización inicial; en la sociedad se viene instalando como catástrofe nacional la idea de una crisis de la enseñanza de la lectura y escritura. En consecuencia, se ha diseñado el mal llamado Plan Nacional de Alfabetización.

Circulan variados artículos que expresan de manera muy clara los posicionamientos del enfoque constructivista-psicogenético y del método de la conciencia fonológica. Sumado a las publicaciones, recientemente se generaron algunos espacios en los que se pudo exponer, discutir y profundizar sobre las perspectivas en disputa. En noviembre pasado, como instancia disparadora, se llevó a cabo una mesa-panel en el auditorio de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA que dio el puntapié inicial para dos encuentros posteriores: el relanzamiento de la Red Latinoamericana de Alfabetización Argentina y el Congreso Pedagógico de carácter local "La educación al servicio del mercado", impulsado por las agrupaciones sindicales docentes Corriente de los Trabajadores de la Educación y La Granate. No vamos a reiterar aquí todo lo dicho, las y los invitamos a que los lean y escuchen –si aún no lo han hecho-, porque cuanto más conocimiento tengan ustedes, lectores/as, sobre este tema, mayor provecho le sacarán a este escrito.

 

Hubo un tiempo que fue hermoso y había libros de verdad

Quienes transitamos día a día las aulas, tenemos claro que ningún docente lleva adelante su práctica adscribiendo a un enfoque puro. Sí es cierto que uno prevalece sobre el otro y que el arco normativo imperante define hacia qué carril se volcará la miserable cantidad de dinero del erario público que se destina a la compra de material didáctico. 

De un tiempo a esta parte, las niñas y los niños ni bien ingresaban a la escuela primaria tenían la oportunidad de acceder tanto a textos literarios como expositivos, que se enviaban a las escuelas en el marco de propuestas curriculares contempladas en la formación de lectores y escritores. Pero como bien expresamos más arriba, en algunas de las jurisdicciones de nuestro vasto territorio los tiempos cambiaron, y lo que ahora llega son manuales que tienen como objetivo entrenar habilidades. Suponen que si leés rápido, leés bien: éxito garantizado. No obstante, estamos seguras de que usted, lector, docente, comparte la idea de que la lengua escrita no merece ser tratada con esa liviandad.

 

Ejercer el derecho a la persistencia

Sumado a la idea de catástrofe, mucho se ha dicho sobre la imperiosa necesidad de cambio en la enseñanza de las prácticas de lectura y escritura. En un mundo que viaja a velocidades vertiginosas, donde las nuevas tecnologías han transformado profundamente nuestra relación con las marcas escritas y con las imágenes, elegimos persistir. Porque es una decisión de corte ideológico sostener la enseñanza en torno a prácticas sociales que por fuera de la escuela han resignificado su valor. Porque la escuela es ese lugar de resguardo, ese lugar en que las infancias ejercen su derecho a la niñez y la cultura escrita se jerarquiza.

En un mundo tan efímero y veloz como un reel, la escuela insiste y elige no correr detrás de cada avance tecnológico que se impone ni de cada método que intenta colarse como novedoso. Porque no estamos improvisando, porque no entendemos al sujeto que aprende como un consumidor pasivo, ni al docente como un mero aplicador. Y ahí estamos quienes pensamos una escuela en constante movimiento, atentos/as a que ese supuesto aggiornamento no le quite uno de sus rasgos definitorios: ofrecer constantes oportunidades a todos/as los/as estudiantes de construir conocimiento en un tiempo y espacio a contrapelo de lo que el poder económico impone. (Para profundizar sobre el contenido y los alcances que hay detrás del PNA, les sugerimos leer: Tendencias en Educación: Situación laboral y educativa de América Latina en el contexto de la pandemia COVID-19.

En sintonía con lo expresado, es que frente a cada ataque mediático decidimos no salir reactivamente a responder de manera intempestiva y frente a cada argumentación –e incluso ante ataques plagados de falacias propagandísticas que huelen a oportunismo–, elegimos detenernos a pensar, a seguir construyendo conocimiento colectivo dentro de las aulas y fuera de ellas.

No le hagas caso al lobo

Sabemos que hay niñas y niños que no se alfabetizan en los tiempos esperados, esa preocupación la tenemos desde siempre, no es novedosa ni catastrófica, pero sí acuciante. Sostenemos que la escuela es el lugar donde las oportunidades se igualan y donde se garantiza el derecho a que todos y todas lean de manera crítica y produzcan escrituras que cumplan con sus propósitos. Además, disponemos de una vasta experiencia empírica que demuestra que la enseñanza sí sucede en las escuelas y que existen múltiples variables del fracaso que exceden el plano de lo didáctico.

El lobo de Caperucita es el que ofrece el camino más corto, el más fácil, el más simple. Pero los buenos lectores, a diferencia de la inocente Caperucita, sabemos que esa oferta es engañosa y que la intención del voraz animal es desorientar para devorar y saciar su hambre.

No nos dejemos seducir por un “método” que se vende (sí, se vende) como el ancla salvadora. 

Las y los docentes vamos probando, vamos intentando, vamos experimentando amparados en nuestro bagaje profesional, en nuestra experiencia acumulada, en nuestros interrogantes y en nuestro posicionamiento ante la enseñanza. Tomamos decisiones. Somos profesionales. Somos muchxs. Ojalá seamos cada vez más quienes consideramos con el mayor de los respetos las ideas infantiles para producir respuestas didácticas a problemas tan complejos. Nadie más que un/a maestro/a puede hacer eso. No desmerezcamos el invaluable e indelegable trabajo que a lo largo de sucesivas disputas venimos construyendo. Los métodos salvadores tienen el propósito inconfeso de hacernos llegar a destino sin saber que seremos devorados.

* Julia Caminos y Noelia Forestiere son especialistas en Alfabetización Inicial, militantes de La Granate y CTE. 

 

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