Fecha: 01-11-2025

Los cinco puntos que propone Unesco para enfrentar la baja de la natalidad

El organismo proyecta que para 2030 habrá 11,5 millones menos de niños, niñas y adolescentes en edad escolar respecto de 2020 en América Latina.

Los cinco puntos que propone Unesco para enfrentar la baja de la natalidad
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Según estimaciones divulgadas esta semana por el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) de la UNESCO, intercambios entre especialistas de la región, promovidos por la Comunidad de Especialistas en Datos para el Planeamiento Educativo, muestran que la educación inicial y primaria serán las primeras en registrar una disminución significativa en la matrícula, mientras que la secundaria y la superior sentirán los efectos hacia mediados de la próxima década.

El descenso sostenido de la natalidad en América Latina ya no es un fenómeno futuro: está modificando la base demográfica sobre la cual se organiza la educación.

Basándose en las proyecciones demográficas de la División de Población de Naciones Unidas, "se estima que entre 2015 y 2023 la región registró 1,2 millones menos de nacimientos y, para 2030, habrá 11,5 millones menos de niños, niñas y adolescentes en edad escolar respecto de 2020. En 14 países, la matrícula proyectada caerá más de un 5 % en al menos un nivel educativo", plantea el informe. Es decir que el descenso sostenido de la natalidad ya no es un fenómeno futuro, sino un cambio profundo que está modificando la base demográfica sobre la cual se organiza la educación.

"Lejos de ser un tema marginal", afirma Unesco, "estos cambios demográficos plantean un nuevo paradigma para el planeamiento educativo. Durante décadas, los gobiernos de la región planificaron bajo el supuesto de la expansión del sistema: más escuelas, más docentes, más infraestructura. Hoy, por primera vez, deben planificar para un sistema que se contrae, sin desatender las deudas pendientes en calidad, equidad e inclusión que todavía persisten".

En ese sentido, se propone trabajar en cinco áreas prioritarias para la planificación educativa, desarrolladas por expertos del IIPE UNESCO y de UNESCO Santiago, que los países "deberán abordar para adaptar sus sistemas educativos a la nueva realidad demográfica", a saber:

  1. Reestructurar la oferta educativa. Optimizar los edificios escolares y los recursos existentes para responder a los cambios en la demanda con criterios de inclusión. Esto requerirá microplanificación territorial y políticas activas de reasignación en base a priorizaciones.
  2. Reorientar el financiamiento educativo. Una menor matrícula no implica reducir el gasto, sino invertir mejor. El desafío será mejorar la eficiencia en la asignación, ejecución y monitoreo de los recursos (BID, 2025), así como reorientar los potenciales recursos liberados a la atención de las deudas históricas de los sistemas educativos.
  3. Planificar la fuerza docente. América Latina deberá reemplazar a al menos 3,2 millones de docentes hacia 2030 (UNESCO, 2025). La baja natalidad exige revisar la formación y distribución del personal docente para prevenir que coexistan déficits para determinados niveles y programas educativos con exceso de oferta en otros.
  4. Redefinir las estrategias pedagógicas. Cohortes más pequeñas pueden abrir la puerta a innovaciones, tales como tutorías personalizadas, extensión de jornada y nuevos modelos de acompañamiento escolar.
  5. Modernizar los sistemas de información. Incorporar innovaciones en los sistemas de información para reflejar cambios en la demanda educativa en el corto plazo, con criterios georreferenciados, será esencial para anticipar los cambios y orientar las decisiones de planificación.

En lugar de interpretarla como una amenaza, debe asumirse como una oportunidad histórica para construir sistemas educativos más justos, eficientes e inclusivos.

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Perspectivas

Cómo impacta la caída de la tasa de natalidad en el desarrollo escolar

La propuesta concluye en que esta caída de la natalidad no es "un fenómeno coyuntural", sino que se trata de "una transformación estructural que redefine profundamente la demanda educativa en América Latina". Y sugiere que en lugar de interpretarla como una amenaza, debe asumirse como una oportunidad histórica para construir sistemas educativos más justos, eficientes e inclusivos.

Para lo que la Unesco llama una "ventana de oportunidad histórica" pueda ser aprovechada, afirma que las autoridades políticas y los responsables del planeamiento educativo "deben abandonar esquemas de planificación inerciales, adoptar un enfoque proactivo, basado en evidencia", pero sobro todo "actuar con rapidez" anticipando el escenario futuro, innovando y coordinando "acciones con otros sectores del Estado".