La baja de la natalidad es un hecho que se corrobora a escala mundial, nacional o local. En nuestro paÃs impacta en que en diez años hayan nacido 300 mil niñxs menos, una baja del 40%, mientras en la Ciudad el porcentaje se amplÃa a un 45,1%. Si bien este puede ser un fenómeno que puede comprenderse desde múltiples causas, es insoslayable citar a las polÃticas públicas con perspectiva de género que aportaron a la reducción del embarazo adolescente, y por qué no, enorgullecerse por ello. La educación sexual integral, el plan ENIA, la ley de interrupción voluntaria del embarazo, por nombrar algunas.
Estos fueron algunos de los datos que compartió Ariel Tófalo, Investigador del Ministerio de Educación del GCBA y UNICEF Argentina, en la jornada en torno al impacto de la baja de la natalidad en la escuela, que nucleó a docentes de todos los niveles en una convocatoria realizada por las agrupaciones sindicales Granate y CTE para pensar en cómo resistir al cierre de salas y cursos, a la par que elaborar propuestas que piensen esta coyuntura como una oportunidad para que haya más inversión por estudiante.
Por su parte, Florencia Abrales, del colectivo Familias por la Escuela Pública e integrante del Instituto DesafÃos Urbanos Futuros (IDUF), compartió el recorrido en la lucha por la falta de vacantes los años anteriores, que también expresan algunas pautas para tener en cuenta en torno a la relación de las escuelas y las familias: la dificultad que se les presenta cuando un docente pide licencia y no hay docentes suficientes en la Ciudad que cubran las suplencias; la preferencia de algunas familias por los CPI dado el horario más extendido que permite cubrir la jornada laboral de los mapadres (sobre todo en aquellas comunas donde faltan escuelas de nivel inicial como en la comuna 5).
Fueron muchas las propuestas que surgieron como fruto del debate entre colegas en esta oportunidad; mencionaré algunas de ellas: promover el acceso de la educación desde los 45 dÃas (como está planteado en la Constitución de la Ciudad), con creación y reconversión de salas con menos demanda y mayor amplitud horaria; mejorar la inversión en los Centros de Primera Infancia para reducir las brechas (en salario, infraestructura, equipamiento) con el Nivel inicial; extender programas socioeducativos a toda la Ciudad para fortalecer el aprendizaje en alfabetización inicial y la trayectoria de estudiantes en escuelas medias; pensar procesos de inclusión efectiva con mayor apoyatura de equipos interdisciplinarios que estén en las escuelas; mejorar y robustecer la formación docente a partir de los cargos de jerarquÃa horizontal; formar en el trabajo en equipo y en pareja pedagógica; por nombrar algunas más relevantes.
Es que, si bien habrá menos chicxs, estas infancias traen otras complejidades y dificultades. Colegas que trabajan en una escuela de Barracas contaron cómo cuesta interpelar y convocar a chicos que tienen a sus mamás y papás sumidos en situaciones de consumo, como parte de un paisaje que se va naturalizando cuando el narcomenudeo gana territorio en el barrio.
En una coyuntura en la que el primer mandatario y su fuerza polÃtica alientan el “hacer plata de la plata” sólo desde el gremio docente entendido en toda su amplitud podremos llevar adelante procesos de organización y de lucha que pongan en valor el bien social que resulta de nuestro trabajo y profesión.
LA AUTORA